Lozoya no va a prisión ni para firmar su libertad
El operativo oficial para evitar la exposición del exdirector de Pemex Emilio Lozoya continuó, luego de que, de manera discreta para no ser visto, el testigo colaborador de la FGR fuera dado de alta del hospital donde estuvo internado 15 días y se le concediera, debido a la pandemia por Covid-19, firmar vía correo electrónico el libro de procesados.
El jueves se le colocó un brazalete electrónico para mantenerlo vigilado vía satelital, entregó su pasaporte y visas, y el sábado firmó por primera vez la hoja de procesados para mantener el beneficio de la libertad condicional.
Tiene la obligación de ir los días 1 y 15 de cada mes para cumplir con las medidas cautelares dictadas por los jueces que lo procesaron por lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa en las casos Agro Nitrogenados y Odebrecht.
Sin embargo, está en marcha el plazo de seis meses que los juzgadores otorgaron a la Fiscalía General de la República (FGR) para fortalecer sus indagatorias, así como formular la imputación y que Lozoya Austin colabore en revelar por quién o quiénes fue “sistemáticamente intimidado, presionado, instrumentalizado” en la compra irregular de la planta Agro Nitrogenados y para recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
En dicho periodo tendrá que ser interrogado por el Ministerio Público Federal y de no cumplir su manifiesto a los jueces de que “denunciaré, señalaré a las personas responsables de estos hechos [Agro Nitrogenados y Odebrecht] y los posibles beneficiarios de los mismos”, podría ser llevado a juicio.
El abogado Miguel Ontiveros Alonso aseguró que su cliente está dispuesto a denunciar a las personas que instrumentaron a las instituciones del Estado mexicano, a personas físicas y a jurídicas, nacionales y extranjeras, siempre que así lo disponga la FGR, “con nombres, cargos, hechos y circunstancias que organizaron ese aparato organizado de poder que se alejó del Estado de derecho”.
Alta del hospital
Para evitar ser fotografiado por los medios de comunicación, el extitular de Petróleos Mexicanos (Pemex) salió del Hospital Ángeles del Pedregal, al sur de la Ciudad de México, la madrugada del sábado, donde fue atendido de la anemia y los problemas del esófago que le detectaron los médicos al llegar en extradición a México, procedente de España.
Lo hizo custodiado por elementos de la Policía Federal Ministerial (PFM), con rumbo a un domicilio que no fue revelado por la fiscalía general por razones de seguridad, pero dentro de la capital del país, según informaron algunos funcionarios federales.
Permanecerá ahí con vigilancia especial de los agentes de la Policía Federal Ministerial, ya que tiene la prohibición de salir del país y de la Ciudad de México, así como del área conurbada a ésta.
Durante las dos semanas que estuvo en el nosocomio, Lozoya Austin fue sometido a una intervención quirúrgica para frenar el sangrado que presentaba a consecuencia de una hernia hiatal.
La madrugada del pasado 17 de julio, Lozoya Austin regresó a México tras ser extraditado de España. En ese momento, la FGR instrumentó un operativo “simulacro” para su traslado hacia el Reclusorio Norte, que fue seguido por los medios de comunicación.
Sin embargo, se supo que únicamente se trató de un señuelo, puesto que se utilizó un doble para que el exfuncionario fuera trasladado a un hospital privado al sur de la Ciudad de México, donde permaneció hasta la madrugada de ayer.
Sin pisar cárcel, cumple con obligación
Por la tarde se informó que el exfuncionario firmó por correo electrónico la hoja de procesados ante la Unidad de Seguimiento y Supervisión de Medidas Cautelares de la Guardia Nacional.
Autoridades del sistema penitenciario federal informaron que esta modalidad de firma es una disposición sanitaria por el coronavirus, que se aplica a todos los procesados que tienen ese beneficio y no es exclusiva del exdirector.
Los funcionarios consultados señalaron que ante la contingencia sanitaria, basta con que los procesados con libertad condicional envien un correo electrónico a la Unidad de Seguimiento y Supervisión de Medidas Cautelares.
Fuentes de la Judicatura Federal refirieron que esa medida debió quedar establecida durante la audiencia en la que se le vinculó a proceso. Explicaron que Lozoya puede presentar su firma periódica a través de sus abogados para no incumplir con su medida, además de que, con la portación del brazalete, se puede monitorear su estado.