Hallan restos de oso gigante de 700 mil años en Argentina
Los restos de un oso gigante de hace 700 mil años fueron hallados recientemente en la ciudad de San Pedro, ubicada 170 kilómetros al norte de Buenos Aires, en Argentina, informó la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza.
Los restos de un oso gigante de hace 700 mil años fueron hallados recientemente en la ciudad de San Pedro, ubicada 170 kilómetros al norte de Buenos Aires, en Argentina, informó la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza.
Se trata de un cráneo y una mandíbula en excelentes condiciones pertenecientes a un oso gigante de la especie Arctotherium angustidens, considerado el carnívoro más grande de Sudamérica.
Leopoldo Soibelzon, investigador del Museo de la Plata y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), es uno de los científicos involucrados en el hallazgo y estudio de estos restos, y asegura que los ejemplares más grandes de esta especie podían alcanzar hasta 4.5 metros de altura erguidos.
Gracias a las buenas condiciones de los restos, los paleontólogos han logrado determinar que pertenecían a un macho joven que pesaba aproximadamente 800 kilogramos, con cara corta y colmillos de seis centímetros de longitud , y vivió hace 700 mil años.
Los huesos se encontraban enterrados a nueve metros de profundidad en un terreno que los científicos piensan que era un pantano, donde los animales se acercaban a beber agua o cazar y quedaban atrapados en el fango.
Esta hipótesis explicaría por qué han sido halladas 12 especies distintas de animales prehistóricos anteriormente por los investigadores en la misma zona.
Los restos del gran carnívoro fueron encontrados accidentalmente por quienes operaban maquinaria para la realización una construcción en el sitio, y ellos avisaron a los paleontólogos al percatarse del hallazgo.
El equipo asegura que el estudio a profundidad sobre estos restos no se ha hecho, y no se espera que concluya antes de finalizar este año.
En 2011, Soibelzon ya había publicado sus hallazgos sobre el oso más grande del mundo: un ejemplar de esta misma especie que pesaba aproximadamente 1.500 kilogramos y medía 4.5 metros erguido.
A pesar de que la maquinaria destruyó accidentalmente parte del esqueleto, el equipo de investigadores se encuentra fascinado debido al buen estado en que se conservan el cráneo y la mandíbula. Aseguran que eso les permitirá realizar tomografías para estudiar cómo funcionaba el cerebro y el oído de este mamífero.
También se encontraron parte de la pelvis, de sus radios, un fragmento de húmeros y seis vértebras articuladas.
Fuente: El debate