Lázaro Cárdenas, Mich., El gobierno que encabeza la morenista Itzé Camacho Zapién, pretende cada lunes erigirse con la verdad (su verdad) en las “conferencias de prensa” que busca institucionalizar con el dicho de que “nunca antes ninguna administración lo había hecho” y de paso secuestrar la libertad de expresión de medios y reporteros a quien mediante sorteo les otorga la gracia de hacer “libremente” tres preguntas, solamente, luego de que haya vaciado los temas que a ella interesan. Menuda “conferencia” que dista mucho de ser una de las formas de comunicación o conversación o intercambio de opiniones y conocimientos entre personas en relación a un determinado asunto considerado de importancia por los participantes. No, tal no ocurre en ese diálogo mañanero de la alcaldesa de una sola vía, donde al final de cada tema que expone la presidenta, dan “la oportunidad de que se le cuestiones, pero sólo sobre el tema expuesto. Para que no haya equívoco, el ujier que conduce el programa, lo recuerda a cada rato. No, allí, no hay la oportunidad para el debate de las ideas y la exposición del conocimiento. Simplemente el reportero debe sentarse a ser acribillado con la cháchara que pretende convertirse en verdad absoluta de que todo esta bien, que el municipio va de los mejor, a presumir la honestidad, el trabajo, la gestión…La conferencia mañanera de los lunes (por fortuna)además del acartonamiento de la misma, atrajo a ocho reporteros de distintos medios, cuatro de la oficina de comunicación social otros personajes más de la oficina de protocolo y más de 40 funcionarios, empleados y regidores, lo que la convierte en una de las conferencias de mayor costo, dado la nómina concentrada en ese evento. Si, desde que se dio a conocer este programa de conferencias, la propia alcaldesa, y lo refrendó este lunes, dijo que las mismas ocurren toda vez que “ha existido distanciamiento con los medios” y quedó demostrado que si es así luego de cuestionar a un reportero sobre “si vive aquí” cuando preguntó sobre la continuidad del “puente” inconcluso que sería un segundo acceso al bulevar. El malogrado puente es de las varias obras fallidas de la administración de Leonel Godoy, en la que su señor padre fue secretario de obras públicas