Arribazón de tortugas un espectáculo de vida en Ixtapilla

AQUILA, Mich., 27 de julio de 2019.- De Julio y hasta diciembre en la costa nahua michoacana, recibe a miles de quelonios, tortugas que buscan la arena de las costas del Océano Pacífico para desovar, para salir a sus tibias playas introducirse a la comunidad indígena de Ostula, del Estado de Michoacán, en Ixtapilla y dejar ahí sus huevecillos.

El próximo 10 de agosto, se estará celebrando el 25 aniversario de este santuario que es el Campamento Tortuguero Punta Ixtal que es cuidado y trabajado por la comunidad indígena de Ostula, y al momento coordina 25 hombres y 25 mujeres que administran el santuario en la protección de estas tortugas que muchas de ellas, viajan desde Costa Rica para dejar sus huevos en México.

César Reyes, es el coordinador de este santuario, una edificación realizada con estudiantes de la escuela de ITESO, y que desafortunadamente como lo señaló el mismo entrevistado, -quien además pertenece a la Guardia Comunera indígena de Ostula-, solo se mantiene del servicio que presta en santuario de la tortuga, como es el acceso a las playas que es de 30 pesos, puesto que este santuario no se recibe apoyo económico de ningún nivel de gobierno.

La zona de restaurante, la zona para acampar, y algunos cuartos que se rentan para pasar ahí la noche, servicio de baños, y cuentan con wi fi para internet, ellos se encargan de servir limpiando las playas, coordinando las visitas, vigilando la llegada de los quelonios a desovar, dando tratamiento algunas tortugas que lo necesiten.

 

En el salvamento algunas llegan lesionadas o enfermas, cuidar de los mismos turistas a las tortugas, explican cómo pueden interactuar con ellas, después en la incubación y cuidado de los huevecillos, durante su salida del cascarón, las liberaciones, y ayuda a llegar al mar.

Sobre todo, señaló César Reyes, que junto con Noé Reyes y un grupo de la comunidad de Ostula que pertenece a la cooperativa del santuario se encargan además por las noches de hacer visitas guiadas, pues es la hora de mayor arribazón de las tortugas y donde no se permiten linternas, flashes, pues muchas de los quelonios con las luces se desubican en su salida hacia tierra y hacer sus nidos, así como el regreso al mar después de desovar.

Es de comentar, que este campamento se rige con “usos y costumbres” de la comunidad náhuatl indígena de Ostula, y en el reglamento del campamento en caso de no cumplir con los requerimientos, señalan que serán separados inmediatamente del campamento.

Está prohibido cavar, no deben tirar basura, no se debe utilizar flash, todo esto en las áreas de reproducción, de conservación y de anidación y amplia en el reglamento que está a la vista de las personas, -aunque pocas se detienen a leer- está estrictamente prohibido meterse al mar (ni siquiera en sus orillas) está prohibida la posesión y uso de cualquier arma de fuego, prohibido la posesión de cualquier droga, no se permite el consumo de bebidas alcohólicas, evitar situaciones que puedan ocasionar conflictos personales, se prohíbe introducir al área envases o utensilios desechables. Depositar desechos orgánicos e inorgánicos en recipientes asignados, los recipientes de vidrio y metal deberán ser retirados del campamento, mantener actitud respetuosa en todo momento y sobre todo seguir las indicaciones del personal del campamento.

En el recinto para su acceso hay letreros en la lengua, que es el Náhuatl, y su traducción al español. “ojlixalipan”, que es “acceso a la playa”, “amo ximulalo pin xalipan” que es: no correr en la playa, entre otras.

 

César Reyes, porta un radio en comunicación con Noé y al área de cocina, además con señal para el área de los guardias comuneros, que están en tres puntos estratégicos, y sobre todo tocamos el tema principal con él, que también es guardia comunal, como lo citamos más atrás, -hay temor de algunas personas por la seguridad y los peligros que se dicen en la costa de Michoacán- cómo estamos en esto?

“Está tranquila, es segura la carretera, la costa está tranquila, el peligro tal vez se da para las montañas”. Señaló que para llegar a Punta Ixtal, se toma la carretera 200 toda la costera, y es como se llega, no se debe de introducir hacia la sierra, se pasa por los puentes de Los Joveros, Ostula, y más delante, hay suficientes indicadores para dar con éste santuario de la tortuga.

La costa de Michoacán es un enorme santuario de tortugas que eligen estas tibias aguas alrededor de unos 220 kilómetros de extensión a donde llegan cada año miles, de las que se dicen varias especies, como la golfina, la negra y laúd son las que se tienen reconocidas en estas playas de Michoacán, ésta última (Laud) es una de las más grandes del mundo, y este fenómeno natural que se da año con año está protegido por las mismas comunidades indígenas a lo largo de estos más de 200 kilómetros donde desovan y son los que manejan los diferentes santuarios y vigilan los ciclos anuales de las tortugas, una gran lucha contra la extinción.

Todo inicia cuando las tortugas llegan a desovar, hacen sus nidos, y después de ello, los huevos son trasladados con mucho cuidado para protegerlos de los depredadores, resguardando hasta que los huevos eclosionan, para después los mismo miembros de los diferentes santuarios las liberan lo que son millones de crías y donde también son proceso que abren para el público con horarios para la gran experiencia de la liberación entregar más vida al mar y después muchas de estas tortuguitas hembras regresen a desovar donde ellas un día fueron incubadas.

La costa de Michoacán es grande extensa, donde se tiene conocimiento que a Lázaro Cárdenas, llegan las tres especies de tortugas que ya señalamos, y es ahí donde en el mes de octubre celebran la Expo Tortuga, con actividades para niños y mayores, en las playas de Maruata, Colola y Playa Azul, por ello Michoacán, le tiene gran respeto y amor a la tortuga.

Las playas donde se vive este gran proceso natural, son en Barra de Pichi, Barra de Santa Ana, Playa Azul, Las Peñas, Chuquiapan, La Soledad, Caleta de Campos, Pichilinguillo, Maruata, Colola, Faro de Bucerías, La Manzanillera, Ixtapilla (que es la que nos ocupa en esta entrega) La Ticla, San Juan de Alima y Boca de Apiza.

Y son en estas playas, donde se citan siete especies de tortuga marina de nuestro país, pues aparte de las mencionadas, se dice que la golfina, llega de julio a septiembre a Colola y Maruata, mientras que la llamada Laúd, (de las más grandes) llega de octubre hasta abril por el lado de Mexiquillo o Caleta de Campos, y la Tortuga Negra, es única en Michoacán, llegando desde octubre hasta abril, en la zona de Colola, Maruata, mismo sitio a donde arriba la Golfina.

Es de comentar la gran labor que hacen los grupos indígenas en nuestras playas de Michoacán y en otros estados de la costa, pues la tortuga Negra, está en peligro de extinción debido a el área tan pequeña donde llega a reproducirse y donde desafortunadamente en los años 70’s era fuente de alimentación de los indígenas de la zona como son los Seris de Sonora, y los Pómaros (Nahuas) de Michoacán.

Las tortugas son animales marítimos de crecimiento lento y para su reproducción transcurren un aproximado de ocho años, las que registran en su vida un proceso llamado “impronta” que según los especialistas es una retención de memoria sobre la playa en que nacen, el mismo César Reyes, coordinador de Punta Ixtla, lo señaló como un “hilito” en el ombligo o pancita de la tortuga, que es como una materia “fija” que retiene la información sobre la playa en que nacen y por ello regresan al mismo punto para desovar cuando llegan a su edad adulta, y se cree que se acercan y salen solo las hembras, pues los machos se quedan en el mar para el apareamiento.